París, 2 abr .- El internacional francés Raphaël Varane ha tomado conciencia del impacto y de la gravedad que pueden tener las conmociones cerebrales que como jugador ha sufrido durante su carrera, e incluso relaciona dos de los peores partidos de su carrera con choques en la cabeza que había sufrido unos días antes.
Se trata, según explica Varane en una entrevista publicada este martes por L’Équipe, del partido de octavos de final que disputó el 7 de agosto de 2020 contra el Manchester City cuando vestía la camiseta del Real Madrid, y que condujo a la eliminación del equipo merengue; y de los cuartos de final del Mundial de 2014 frente a Alemania con la selección francesa.
Del encuentro con el Manchester City, recuerda que un mes antes, en el partido de liga con el Getafe el 3 de julio de 2020 había tenido que abandonar tras un cabezazo al saque de un córner, y que siguió entonces un protocolo de recuperación, con cinco días sin esfuerzos.
“Me acuerdo de haber sentido un intenso cansancio, pero pensaba que era por la descompresión habitual al final de la temporada”, explica antes de añadir que cuando reanudó los entrenamientos se notaba sin energía y por eso ahora estima que si se hubiera hecho un examen tal vez habría tenido que tardar más en volver a la actividad.
El hecho es que durante el partido de octavos de final, desde el calentamiento se encontraba poco despierto y que las primeras veces que tocó el balón se encontraba “demasiado lento” y no llegaba a concentrarse.
Reconoce que tuvo un mal partido, con los dos goles del Manchester City consecuencia de errores individuales. De forma retrospectiva, ha hecho una nueva lectura de los hechos: Eso “estaba en relación con el choque que sufrí. Nunca había fallado en ese tipo de grandes partidos”.
“Finalmente, me he dado cuenta de que esos errores inhabituales no fueron por casualidad”, sentencia.
En cuanto a los cuartos de final del Mundial de 2014, también atribuye su mal estado a un balonazo que recibió en la sien en el partido de octavos que había disputado frente a Nigeria el 30 de junio.
Aunque terminó el encuentro con Nigeria, al final contó que no se sentía bien y se le aplicó un protocolo de recuperación. Se refiere en particular al cansancio ocular que notaba.
Aunque los técnicos se plantearon si estaba en condiciones de jugar de nuevo, al final estuvo en el campo frente a Alemania y, según su propio juicio, lo hizo “mayormente bien, aunque (perdió) el duelo frente a (Mats) Hummel” en el gol que encajó Francia.
“Lo que no se sabrá nunca -razona- es qué habría pasado si hubiera recibido un impacto en la cabeza. Cuando sabes que las conmociones repetidas tienen potencialmente un efecto mortal, uno se dice que las cosas pueden ir mal”.
Varane, que actualmente juega con el Manchester United, afirma que ahora con 30 años y tres hijos, se plantea las cosas de forma diferente.
Relata que ha sido esta temporada con su club actual cuando ha oído hablar por primera vez de las microconmociones cerebrales causadas por cabezazos repetidos.
Y como después de un partido sintió un cansancio ocular anormal, se hizo un test y a partir de los resultados, se decidió que no iba a jugar en el encuentro siguiente.
A su parecer, habría que limitar los cabezazos en los entrenamientos, cuando no son necesarios, y en los partidos, que el juego de cabeza se haga con la mayor seguridad posible.
EFE